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16,10 €Yvetot, la pequeña ciudad situada en la región de Alta NormandÃa, 170 kilómetros al norte de ParÃs, es uno de los escenarios reales que, por haber jalonado persistentemente la obra de Annie Ernaux, ha terminado convirtiéndose en una ciudad mÃtica, envuelta en una suerte de aureola enigmática. Al finalizar la guerra, en 1945, Annie Ernaux la niña Annie Duchesne, abandona Lillebonne, su ciudad natal, junto con su familia y llega a Yvetot «sentada en las rodillas de su padre, en la parte delantera de un camión de mudanzas». Hay ruinas por todas partes. Tiene entonces cinco años y no se moverá de allà hasta los dieciocho para ir a estudiar a Ruan. El 13 de octubre de 2012, invitada por la municipalidad, Annie Ernaux imparte una conferencia en Yvetot. Es una fecha importante porque es la primera vez que regresa de manera oficial. Cuenta ahora setenta y dos años. Este regreso tiene un valor de reconocimiento hacia la ciudad, de homenaje, y representa incluso un acto de conciliación. Lo expresa asà la autora: «Me he servido de Yvetot, de los lugares, de las personas que conocÃ, le he tomado muchas cosas a Yvetot, donde pasé mi infancia, mi primera juventud, y, en cierto modo, me he negado siempre a corresponderle con algo». Este texto abre como una nueva ventana sobre el pasado de la autora que nos permite entrever el lazo que une lo vivido y la ficción literaria. Los temas recurrentes presentes en la obra de Ernaux reaparecen aquà como autentificados y reforzados además por una selección de fotografÃas de la escritora, sus allegados y los lugares de sus años jóvenes. El fenómeno de transformación de los recuerdos en material para una obra de alcance universal queda aquà en parte esclarecido.